La historia pasa y tú la construyes día a día.
Tú eres como una semilla que va creciendo en esa historia y ves como se convierte en una planta que tiene algunas hojas lindas y otras no tanto, pero la planta siempre mira al sol que la nutre día a día, las lluvias la alimentan y sacian su sed para llenarla de todo lo que necesita.
Esa planta, con la Luz del sol y el agua, crece y se manifiesta en el entorno viviente que construyó.
Tú eres como esa planta que creció de esa semilla que necesita nutrirse del agua y del sol.
El sol es la Luz que la ilumina.
Siempre busca la Pureza que te ilumine, la Luz más potente y perfecta en tu vida y busca nutrirte también con el Amor que generas en tu día.
Habrá cosas que pasarán, pero se limpiarán como con esa lluvia se limpia la planta, recibe fuerzas y se enriquece. Vendrán los días nublados, pero el sol siempre saldrá y te iluminará.
Ahora sabe que, aunque la planta sea pequeña o grande, salió de una semilla que fue plantada con el Amor.
Tal vez una abeja o pájaro la llevó y creció, tal vez un humano la plantó, pero el Amor fue lo que la nutrió para que sea la planta más hermosa ya que su semilla fue plantada con Amor.
Recuerda: el Amor es Todo.
Con él podrás renacer una y otra vez, y aunque una hoja se marchite, otra crecerá a su lado con la emoción de ser hija del Amor, de haber sido cultivada con Amor e iluminada por el sol, conteniendo su Luz.
Cree en el Amor, es la Fuerza más hermosa de Dios.