María está llena de Luz Blanca. Tiene un Ropaje Blanco, como Cristalino, con Estrellas Doradas. En sus manos tiene muchos Brillos Dorados.
Me dice: “¡Niña, míranos! Estamos todos vestidos con hermosos Ropajes Blancos y Dorados, porque hoy la Pureza del Alma y la Esencia de Dios en el Corazón tiene que Renacer. Todos estamos llenos de Energía Dorada, porque hoy es un Día Crístico en la Tierra. Hoy no es un Portal. Hoy es un Día muy Especial en el que una Hermosa Vibración de Luz Crística y Cristalina va a llegar a la Tierra para inundar a todos en un Renacer en Dios."
Pregunto: “¿Qué es un Renacer en Dios?”
“Es sentir a Dios en tu Corazón. Es Crear esa Esencia Divina dentro de tí y sentir que todo es posible si tú tienes a Dios dentro de tí. ¡Mira! Mira a la gente en la calle, se olvida que Dios está dentro del Corazón. Hoy es un Renacer para todos. Hoy, impecablemente, traemos algo muy Hermoso.”
Y aparece Lady Nada, pero vestida como María Magdalena. Ella tiene su Ropaje también Blanco, tiene un chal de muchos colores Dorados que destellan y una Luz de Conciencia Crística en su pecho.
Ella, con su cabello suelto de color castaño muy rojizo y rizado, muy hermosa, llena de pecas, me mira a los ojos y me dice: “Yo, junto con María, los llevaré a ver algo muy especial. Hace muchos tiempo, hace muchas épocas, pasó algo muy impresionante, en un lugar muy especial…”
María dice: “Cuando Jesús el Cristo fue mi Hijo, en esa Época, un día como hoy, un día Incandescente y lleno de Luz, pasó algo muy Especial que hoy todos van a volver a vivir.
Te llevaré por los Tiempos de los Tiempos hasta llegar a un Tiempo Inmaculado, Impoluto, donde un día como hoy, un ocho de agosto, pasó algo Especial en otro lado de la Tierra.
Ahora cierra los ojos. Yo, María, junto María Magdalena Iremos por los Tiempos de los Tiempos hasta llevarte a ese Tiempo. Sientes una Brisa suave que toca todo tu cuerpo y que tus ropajes empiezan a cambiar cuando llegas a ese tiempo muy Especial.”
María y María Magdalena te empiezan a contar una Historia que tú verás.
“Era un día muy claro. El Cielo estaba Impoluto, Celeste. No había nubes, el Sol Brillaba en su Esplendor. Jesús reunió ese día a un grupo pequeño en un prado lleno de flores, cerca de una Hermosa colina. Era un día Majestuoso. Un día Lleno de Enseñanzas en donde las vestiduras humanas no aparecían, sólo el Brillo de la Luz de Dios estaba en cada Corazón. Allí estabas tú en medio de la gente. El Sol Brillaba en su Esplendor en un día vibrante de Amor. La Brisa suave llenaba de Dios a cada ser que estaba allí. Él, Jesús, había reunido a un grupo muy pequeño para enseñar. Había reunido a ese grupo, pero mientras muchos oraban y cantaban, la gente del lugar se empezó a acercar, y se reunieron muchos ese día. Mucha gente había ahí. En un momento Jesús saca un Pan, el Pan que había llevado ese día, y lo pone en una canasta muy pequeña en la que había sólo panes para la gente del grupo pequeño que Él reunió ese día para compartir.
Pero había mucha gente y la canasta era muy pequeña, era tiempo de comer. Jesús tomó la canasta y puso su Pan en esa ella y la Bendijo, levantó sus manos con ella y dijo: “Bendigo Padre, y pido que sea Tu Bendición la que se haga a través de Mi en Alabanza a Tu Nombre, a Tu Espíritu, para que la Gracia Divina y el Regocijo se hagan en Tí.”
Entonces, una Luz iluminó la Canasta y Jesús se la dio a uno de sus Discípulos, el Amado, para repartir los panes. Era una multitud de gente y los panes no tenían fin, nunca se terminaban, y cuando todos tuvieron su Pan, Jesús enseñó.
Jesús dijo: “El Regocijo de Dios nunca se termina. Hoy es un día para Renacer con la Gracia de Dios que tienes en tí, es un día para dejar el pasado, para dejar todo, para convertirte en un Pedacito de Dios en la Tierra. Un Día para Comenzar a Amar y entender que el Renacer en Dios es Regocijarse en Amor.”
Y la Canasta iba y venía, una y otra vez, y muchas personas comían de ese Pan para el Renacer. ¡Era un Día Glorioso! ¡El Amor de Dios Brillaba en su Esplendor! El Sol Iluminaba, la Brisa acariciaba, y el Regocijo del Amor estaba en cada Corazón.
Jesús, dijo: “Todos han Renacido en Dios, con Regocijo.”
Jesús oró una y otra vez. Y en un momento dijo: “Nunca te olvides de que Dios es Amor, y siempre podrás Renacer como en esta Canasta de Panes. Renacer tu Vida sólo por el Regocijo de Dios Amor. El Regocijo nunca se termina. El Regocijo de Dios siempre está.”
Todo el día se comió de ese Pan que nació del Regocijo de Dios para el Renacimiento del Amor de cada Ser. Un Renacer en Dios que fue Impoluto en ese Tiempo y tú estabas allí.”
María te regresa, junto con María Magdalena, de los Tiempos de los Tiempos habiendo estado en una de las Multiplicaciones de Panes y llenado el corazón para el Renacer en Dios.