Namaste a todos!
Hoy siento compartir con Uds la historia de la Navidad tan Mágica como se recibió, develada en un Encuentro de Símbolos de Luz, y con ella desearles Feliz Navidad a todos los seres que lean este mensaje!
Que esta Navidad se llene de Luz Divina con la Llama de la Navidad!
En Amor Divino
En Dios Cris
Aparece un Ángel, tiene cabellos muy Hermosos y largos de color blanquecino, una túnica Iluminada y en sus manos tiene algo que Ilumina.
Me dice: “Yo soy el Ángel de la Navidad.”
Abre las manos y me muestra una Llama, es la Llama de la Navidad.
Me dice: “Mira!”
El Ángel de la Navidad me da la mano y dice: “Tú quieres ir a ver cómo fue aquella Navidad?”
Y digo: “¡Si!”
El Ángel tiene ojos transparentes y me dice: “Yo pondré tu mano en mi mano.
Yo soy el Ángel de la Navidad, hace mucho, mucho tiempo, en un pequeño lugar, Belén, pasó algo muy especial.
Yo te llevaré, en los Tiempos de los Tiempos para que puedas ver qué es lo que pasó allí.”
El Ángel toca tu Corazón y en ese momento viajas por los Tiempos de los Tiempos, de la mano de ese Ángel, hasta llegar a un lugar muy especial.
María sublime estaba esa noche. Ella sabía que pariría. Su vientre se había iluminado y bajaron de los Cielos muchos Ángeles que cantaban Cánticos de Amor alrededor de Ella.
María estaba Hermosa. Era una noche estrellada, llena de Luminiscencia.
José había ido a buscar leña y estaba todo preparado, en ese pequeño gran lugar, porque un Gran Avatar llegaría a la Tierra.
Nacería ese día un Avatar de Luz, y llevaría la Insignia de Dios, que es la Luz Encendida de Él en su Corazón.
Ángeles empezaron a cantar.
José regresó, vio que todo estaba Iluminado y cuando se acerco vio el vientre de María que estaba Iluminado, se arrodilló ante ella, porque sabía que era el momento de recibir a ese Gran Rey de Luz de Dios. Un niño que llevaba Luz de Dios encendida dentro de sí.
El Niño empezó a nacer, y cuando nació Él tenía Luz. Su cuerpo estaba totalmente Iluminado.
Los Ángeles cantaban Alabanzas a Dios. Había Hadas volando y el Cielo se encendió, ya que una Estrella iluminó más el lugar de lo que ya estaba iluminado por el cuerpo del Niño que nació.
Su cara era Luz, su piel era Luz.
Los Ángeles habían hecho un lugar para poner a ese Niño Resplandeciente mientras que María cantaba y cantaba y asi le daba la Bienvenida a ese Niño de Luz.
En ese momento, desde lejos, ese lugar se veía como una Gran Llama, ya que estaba todo Iluminado, y lo marcaba una Gran Estrella que lo Iluminaba más aún.
Allí, en ese lugar, en Belén, el Niño había nacido. La población del lugar empezó a acercarse, porque una Llama se había encendido en la Hermosa Colina.
Mucha gente llegó para ver esa Gran Luz.
Se veía como esa Llama en una Colina Iluminada, era un momento Mágico, era un momento Perfecto.
La gente llegaba y al ver al Niño iluminado se acercaba y se arrodillaba.
Mágicamente llegaban pastores con sus rebaños, y los animales se echaban en las puertas del lugar.
Todo era Regocijo, porque los Ángeles cantaban, porque los Devas llenaban de Brillos de Colores del Amor que se veían y salían de ese pequeño lugar donde estaba ese Niño encendido en la más bella Luz.
Sólo se escuchaba el Cántico de los Ángeles, cuando de repente se oyeron pasos acercándose, eran tres Reyes vestidos con ropajes de mucha envergadura.
Ellos traían en sus manos vasijas onerosas y se arrodillan a los pies de ese lugar donde estaba el Niño encendido.
María los mira sin hablar. José también.
Los Reyes dicen: “Bendecimos y Honramos a este Niño, el Rey de la Gran Luz de Dios, Un Avatar de Luz que ha llegado a este lugar en la Tierra de Belén para nacer. Una Gran Luz Nueva hay en la Tierra.”
Ellos tienen en sus manos unas vasijas muy hermosas y dicen: “Esto es para el Gran Avatar que ha nacido.”
Uno de los Reyes mira al Niño y pone una vasija en el suelo. Al ponerla, la vasija se ilumina, y él dice: “Esto es Mirra, para que siempre pueda seguir su camino.”
Otro Rey se acerca y pone otra vasija en el piso, ésta también se ilumina y él dice: “Esto es Incienso, para que ningún mal se acerque a Él.”
El último Rey tiene en sus manos una vasija muy onerosa, y dice: “Esto es Oro.”
Lo pone en el suelo y la vasija se ilumina, y dice: “Para que Brille como el Sol.”
Todo era Luz.
Los Reyes le dan una Bendición.
Los Reyes dicen: “Vinimos de muy lejos para encontrar al Gran Avatar, para traer estos Regalos de Dios, para que siempre, siempre, El los tenga en sí.”
Las vasijas se iluminan aún más.
Ese día un Avatar nació en la pequeña Belén, que viviría en Nazareth para ser Jesús de Nazareth.
La Llama de la Navidad se encendió ese día en la Tierra.
El Angel de la Navidad toca tu corazón y te dice:
“Has vuelto a este Tiempo recordando ese Tiempo, la historia de ese Niño Bendito que nació la llevarás contigo como una Bendición para tu vida, la Llama de la Navidad siempre estará en ti.”