Aparece Gaia vestida de verde con sus valles, con sus ríos,
con sus flores y mariposas, con todos sus animales dentro de su cuerpo.
Ella me mira, abre sus manos y me muestra una panza muy grande.
Me dice: “Yo quiero transformarme en la Nueva Tierra.”
Y en ese momento se trasluce su panza y se ven todos sus hijos, estamos todos.
Allí estamos todos los reinos, todas las ciudades,
y todas nuestras dimensiones, todos nosotros.
Ella dice: “Yo me quiero transformar.”
Me mira y empieza a transformarse en una Tierra Dorada,
una Tierra Dorada donde brilla el Amor y donde su panza desaparece,
pero todos estamos caminando sobre su cuerpo, sobre su tierra.
Veo campos llenos de flores y de frutos.
Veo gente llena de Amor, veo gente que trabaja para el Amor.
Veo que todos se aman, que solo existe el Amor.
Ella me mira: “¡Eso es lo que quiero!
Trabajen para mi creación, la Nueva Tierra.”
Veo al Sol que pasa por ella y a la gente que mira los amaneceres,
los atardeceres y a las estrellas.
Me dice: “La gente perdió esa Unidad del Cielo con la Tierra,
ya no mira lo que muestra Dios, ni mis amaneceres,
ni mis atardeceres, ni mis cielos estrellados,
ni mis aguas, ni mis valles.
Sólo miran la matriz. Un mundo que se crea de cosas que son solo para divertir,
de pantallas que no te dejan ver la Unidad.
Hoy les pido: Bendíganme y ayuden al Despertar
para poder crear en mi la Nueva Tierra y la Nueva Humanidad.”